
Sobre novela de Carlos Bardem, al que hay que añadir otra novela “Muertes Ejemplares”, casi finalista del Premio Nadal, se monta esta película con trasfondo marginal, seres desectructurados, nacis dislocados y patéticos, incluido Javier Bardem y sus escasas apariciones, el Duque y este chico que a mí, personalmente me cuesta, Alex González, pero que no lo diré muy alto porque con el cuerpazo que ha echado lo mismo me hostia.
Muchos tópicos, pero muchísimos. Nada de sorpresa, nada de novela negra, nada de racismo visto desde otros puntos que no sean los malhumorados fachas y sus palizas. Tópica la historia de amor redentora y el cambio de vida del Alacrán al que le da un ataque de Pepito Grillo al enamorarse de una mulata.
Manida hasta la imagen del boxeador corriendo por las calles.
Para eso ya estuvo Rocky 1, II, III…100.
Lo mejor, Carlos Bardem, en su papel de Carlomonte: exboseador atormentado, alcohólico y paternalista pero que me engancha, como me enganchó en su corto y casi testimonial papel de Apache en Celda 211.
Bien también por Hovic Keuchkerian, que en la vida real también es boxeador por lo que está de lo más natural en su papel y dando collejas y que también es poeta y actor.
Bueeeno, también Alex González y Judith Diakhate... vaalle.
Por lo demás 100 minutos de mirar y no pensar, no es necesario, basta con distraerse viendo golpes, entrenamientos, horas de gimnasio y lo que esperas que pase, que va a pasar, seguro.
Apta para ver con chicas, entre la tableta de Alacrán y la típica historia de amor pasará los golpes y la violencia.
El detalle: Lo mucho que se parece Carlos Barden al Mono Burgos y que hay un problema enorme para entender lo que dicen en muchos diálogos.
¿O no?