martes, 7 de mayo de 2013

Hitchcock, la película

Cuatro escenas magistrales y una lección de marketing





Ayer tocó ver  a  Hopkins, perfecto y sin Oscar,  maquillado como nunca hubiera imaginado el mismísimo Hannibal Lecter.
Espectacular la escena en la que él mismo, puñal en mano, indica al  doble de Anthony Perkins cómo debía dar las puñaladas.
Seguro, hubiera querido ser, en esos momentos, el verdadero Norman Bates.  Claro que, yo también sólo por ver a Scarlett Johansson en la ducha y sin la cortina.


Magistral también, esperando la reacción del público en el estreno, con la música, que en un principio se negó a poner y deambulando nervioso por los pasillos del cine. Viví con él la ansiedad que despierta la espera de un veredicto final. Genial.

Tampoco tienen desperdicio sus  ataques  de celos en el estudio hasta caer desmoronado como un cachalote o limpiando la piscina. Preciosa y humana historia de amor con crisis, recortes y beso final  incluidos.

Incluye gratis lección de marketing: “Cómo vender una película”

La escena final:

Hitchcock: Por desgracia me encuentro, una vez más, desprovisto de toda inspiración.

Se escucha un graznido y un cuervo  se posa  en su hombro.

El director, Sacha Gervas, cierra un círculo perfecto y te deja con ganas de seguir viendo su siguiente película….

La de Hitchcock claro.
¿O No?

2 comentarios:

  1. A mi también me gusto mucho. Helen Mirren está extraordinaria, aunque su papel sea más fácil, creo que su personaje es parecido a la imagen que tenemos de la actriz. Ahora que la transformación de Anthony Hopkins es brutal. Da tanto miedo como el Dr. Lecter y al mismo tiempo mucha ternura.

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  2. Gracias Kikonis por participar en esta pequeña nube de cine, es un honor tenerte por aquí y espero que nos nutras con frecuencia de tus pensamientos, dimes y diretes...
    Achuchones...

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